A year ago there were an earthquake and a tsunami in Chile. I couldn't take pictures of it because I live 200 km. or o more away from the core of the disaster. I was lucky, I suppose. Therefore, there won't be any pictures of that day in this blog, only images of its later consequences.
Hace un año a esta hora perseguía a mi hermana y a mi madre que corrían desaforadas por la calle tratando de llegar a la casa de mi abuela. Recuerdo que me alumbraba solo con mi pequeña linternita a pilas, gracias a lo cual no estaba completamente ciega. Minutos antes, mi hermana y yo estabamos abrazadas bajo el dintel de la puerta de mi pieza, yo sin despertarme del todo- puesto que estaba durmiendo en vez de ver el Festival como una inútil protesta pacífica en contra del show de Arjona- mirando y escuchando el conjunto de gritos, rezos y pánico que nacía con el movimiento de la casa. Es una suerte que vivamos en Santiago y no en el sur, de lo contrario, la casa se habria desmoronado sin piedad sobre nuestras cabezas, supongo que el conjunto de las partes convierte a ese laberinto en una sólida estructura. Mientras corriamos a tientas una detras de la otra ( mi madre tras mi hermana y yo tras las dos) mis primos se dedicaron a verificar el estado de nuestros parientes y conocidos repartidos por el barrio, tratando de captar alguna noticia que diera luces sobre el asunto, aunque lo único concreto fue el insomnio y el miedo como única respuesta, además de las típicas anécdotas de terremotos pasados que plagan estas situaciones ( como los chistes crueles en los funerales y ese tipo de cosas). Lo concreto es que fui el único miembro de mi vasta familia extendida que volvio a dormir a su cama, siendo el cansancio y la incomodidad superior a todo terror y por supuesto ignorando la magnitud total del desastre hasta el despertar definitivo del dia siguiente
Hace un año a esta hora perseguía a mi hermana y a mi madre que corrían desaforadas por la calle tratando de llegar a la casa de mi abuela. Recuerdo que me alumbraba solo con mi pequeña linternita a pilas, gracias a lo cual no estaba completamente ciega. Minutos antes, mi hermana y yo estabamos abrazadas bajo el dintel de la puerta de mi pieza, yo sin despertarme del todo- puesto que estaba durmiendo en vez de ver el Festival como una inútil protesta pacífica en contra del show de Arjona- mirando y escuchando el conjunto de gritos, rezos y pánico que nacía con el movimiento de la casa. Es una suerte que vivamos en Santiago y no en el sur, de lo contrario, la casa se habria desmoronado sin piedad sobre nuestras cabezas, supongo que el conjunto de las partes convierte a ese laberinto en una sólida estructura. Mientras corriamos a tientas una detras de la otra ( mi madre tras mi hermana y yo tras las dos) mis primos se dedicaron a verificar el estado de nuestros parientes y conocidos repartidos por el barrio, tratando de captar alguna noticia que diera luces sobre el asunto, aunque lo único concreto fue el insomnio y el miedo como única respuesta, además de las típicas anécdotas de terremotos pasados que plagan estas situaciones ( como los chistes crueles en los funerales y ese tipo de cosas). Lo concreto es que fui el único miembro de mi vasta familia extendida que volvio a dormir a su cama, siendo el cansancio y la incomodidad superior a todo terror y por supuesto ignorando la magnitud total del desastre hasta el despertar definitivo del dia siguiente